¡Hola! Somos Sandra y Macaco

En esta primera historia quiero contarles que estoy haciendo aquí y cómo empezó esta idea. Poco a poco les iré contando un poquito más acerca de mi vida, cómo es que llegué a ser diagnosticada con Trastorno mixto ansioso depresivo, y cómo estoy lidiando con esto y además, mi dependencia y codependencia emocional.

Siento que debo compartir mi experiencia porque así empecé a sospechar que había algo raro en mí; leí un montón de historias y síntomas de otras personas y me identifiqué mucho con ellos. Tardé muchísimo tiempo en ir al psiquiatra, aunque sabía que debía hacerlo, por lo que significa socialmente eso: estoy loca, me van a meter a un manicomio y quedaré peor, me voy a volver adicta a algún medicamento, los medicamentos son para la gente que si está muy chiflada, etc. Ahora siento como esa obligación de compartir mi experiencia porque puede que en algún momento alguien se sienta identificada o identificado conmigo y vea que habemos muchas más personas con síntomas similares porque tenemos alguna enfermedad mental y que al final está bien, es algo que no podemos decidir nosotros ni mucho menos controlar. Me encantaría que empecemos a darle la importancia debida a la salud mental, pero sobre todo, quiero apoyar para que dejemos de juzgar a quienes padecemos algo así, pues en verdad es horrible que crean que es algo que hacemos deliberadamente, ya sea porque necesitamos llamar la atención, queremos protagonismo, o que se trata de un berrinche o un drama. Las enfermedades mentales son algo real y se siente horrible no poder controlarte por ti misma, y es aún más feo que la gente nos diga «todo está en tu cabeza», «si tú quieres, lo puedes dejar de hacer» y pues… no, ¡no funciona así!

Me di cuenta de que era codependiente después de «salir» con Saddam, lo pongo entrecomillado, porque sólo me quería para tener sexo y para enviarle contenido sexual mío o de otras personas. En fin, me dolió tanto esa experiencia que me resultaba imposible cortar todo tipo de comunicación y vínculo con él; así llegué por primera vez con mi psicóloga Sharon, yo sentía que ya no podía más y me dolía muchísimo, era una cosa muy extraña en el pecho que me dolía muchísimo y me hubiera gustado arrancarlo así rápido para que dejara de doler. Después de varias sesiones y platicas con amigas, me dijeron que lo que tenía era como una adicción a una persona y necesitaba sí o sí cortar todo tipo de contacto con él y empezar a vivir mi «desintoxicación», además, me recomendaron ir a Codependientes Anónimos (CoDA), un grupo donde podrían ayudarme y podría compartir mi propia experiencia y escuchar la de personas que estaban en una situación similar a la mía e incluso peor.

Después de pasar esa etapa con Saddam, empecé a salir con Luis, por supuesto, la codependencia no había desaparecido y seguía trabajando en ella, pero ya sin esa obsesión por Saddam, pero con ese temor a que me pasara lo mismo con Luis, sin embargo, con él sí se dio una relación formal. Después de un montón de problemas con él, empecé a notar sentimientos y sensaciones muy extrañas que sentía que eran imposibles de controlar, hablé con Sharon de esto y me sugirió ir al Psiquiatra. Sabía que tenía que ir pero lo fui postergando y postergando hasta que llegué a un punto donde ya no podía más con todo lo que sentía, pues sentía que me iba hundiendo y hundiendo cada vez más rápido, todo me abrumaba y los ataques de ansiedad eran cada vez más seguido y más intensos y feos.

Al fin pedí una cita con una Psiquiatra y fui un 28 de diciembre de 2018 a las 11:00 am a su consultorio; le conté todo lo que me pasaba y lo que había vivido, me hizo algunas preguntas y luego dijo: «Tienes un trastorno mixto de ansiedad y depresión y te voy a recetar esto…» (obvio fue todo un proceso, pero para no alargar la historia lo resumo en esa frase final de mi diagnóstico). Le pregunté el porqué me pasaba eso y me dijo que era un desequilibrio químico en el cerebro, que mis neuronas no establecían bien conexiones y eso hacía difícil que no pudiera controlar mis sentimientos, debía tomar un medicamento para que eso pudiera apoyar con los neurotrasmisores y se establecieran bien las conexiones neuronales. Me recetaron primero Citalopram y Clonazepam.

Obviamente después del diagnóstico me sentí terrible por lo que me dijo la Psiquiatra, pero a la vez estaba aliviada porque al fin iba a empezar a tratar esos descontroles emocionales que me hacían sentir muy muy mal. Empecé también a buscar más información sobre enfermedades mentales y especialmente sobre la depresión y ansiedad para conocer mejor a lo que me estaba enfrentando.

Ya no tenía nada que hacer más que seguir con esto y empezar a cambiar mi vida y controlar los sentimientos que me habían traído muchos problemas. Para no caer más en el hoyo con el diagnóstico y seguir lidiando de la mejor manera con mi codependencia, decidí tomármelo con «humor» y desde entonces mi trastorno y problema emocional se llama Macaco, sí, decidí que sería mi amiga a quien debía escuchar y lidiar con ella, pues no puedo abandonarla así en medio de la nada porque tarde o temprano me encontrará, mejor la acepto tal como es y le pongo límites para que no siga interfiriendo en mi vida diaria.

Macaco porque yo la veo como un changuito yendo y viniendo de allá para acá al rededor de mi todo el día; pero además, es el nickname que le puse porque su nombre está súper largo: María Camila Concepción, Ma de María (ansiedad), Ca por Camila (depresión) y Co por Concepción (codependencia).

Después de 3 meses de probar con mis medicamentos, fui a mi cita de rutina con la Psiquiatra (fui al IMSS y la atención es horrible, pero los psiquiatras particulares y medicamentos están carísimos) y me cambiaron los medicamentos porque no me cayeron bien y ahora tomo Venlafaxina y sigo con Clonazepam para dormir.

Me cayeron mal los primeros medicamentos por los síntomas secundarios: dolores horribles de cabeza, náuseas, episodios depresivos seguidos y feos; algunos de ellos serían normales porque mi cuerpo se estaba adaptando a ellos, pero los que yo tenían ya eran muy anormales, por eso el cambio de medicamentos.

Ahorita ya estoy con el nuevo tratamiento y aumentaron la dosis y he de confesar que me dan mucho sueño. Sigo en este proceso que ya me ha hecho perder muchas cosas, pero necesito hacer la paz con Macaco y que aprendamos a convivir juntas.

3 comentarios en “¡Hola! Somos Sandra y Macaco”

Replica a vagandopormundopolis Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.