
Es un trastorno caracterizado por la presencia de síntomas propios de depresión y ansiedad, sin que alguno tenga mayor presencia que otro. Las personas que lo padecemos, no podemos ser diagnosticadas con ansiedad o depresión, pues no cumplimos con todos los criterios, sin embargo, sí presentamos algunos síntomas de ambos de manera simultánea; es decir, presentamos síntomas combinados de depresión y ansiedad, sin que alguno de los dos tenga mayor repercusión que el otro.
Los Trastornos de ansiedad son los que más prevalecen en las personas a nivel mundial, seguidos por los Trastornos depresivos; ambos tienen elementos en común y lo más frecuente es que la ansiedad prolongada termine generando síntomas depresivos y viceversa. En muchas personas, ambos trastornos aparecen de manera simultánea y es donde se cataloga como Trastorno mixto ansioso-depresivo; en muchas ocaciones, este trastorno es diagnosticado por separado como un Trastorno depresivo con rasgos de ansiedad o viceversa.
Síntomas
Para que una persona pueda ser diagnosticada con Trastorno ansioso-depresivo, hay que presentar los siguientes síntomas al menos durante un mes seguido, un estado de ánimo depresivo y no han de deberse a experiencias dolorosas ni a la presencia de otros trastornos; todos los síntomas deben provocan un elevado grado de insatisfacción e infelicidad y repercuten en una o más áreas nuestra vida:

- Estado de ánimo depresivo y/o anhedonia que aparecen junto con angustia.
- Irritabilidad y molestia la mayor parte del día.
- Tener una preocupación constante e intensa sin motivos reales aparentes.
- Dificultad para concentrarse en cualquier tipo de actividad y para aprender alguna habilidad nueva.
- Tener problemas de sueño.
- Experimentar cansancio y fatiga.
- Tener pensamientos obsesivos negativos casi todos los días.
- Encontrarse sumamente sensible y con ganas de llorar.
- Sentimientos de inutilidad y baja autoestima.
- Preocupación excesiva por lo que va a ocurrir en el futuro y sentir la necesidad de protegerse.
- Temblores, molestias intestinales, taquicardia o hiperactivación.
Al inicio, las personas pueden tener la misma probabilidad de síntomas predominantes de ansiedad o de depresión, o una mezcla proporcional; durante el curso de la enfermedad, los síntomas alternarían en su predominio. No se conoce aún cuál es el pronóstico, aunque por separado los trastornos depresivos y los ansiosos tienden a cronificarse sin un tratamiento psicológico adecuado.
Aspectos diferenciadores y en común
La vinculación entre Trastornos depresivos y Trastornos de ansiedad es muy estrecha, pues en la práctica clínica, los especialistas establecen que pocas veces ambos trastornos se dan de forma pura, siendo muy frecuente que las personas que padecen depresión terminen desarrollando problemas de ansiedad, por ello es importante intentar encontrar en qué aspectos se parecen y en cuales se diferencian.
El primer elemento en común es que en ambos hay un elevado nivel de afecto negativo, en ambos se presenta un elevado nivel de dolor emocional, irritabilidad, malestar y sensaciones de culpa y bajo estado de ánimo. Otro de los puntos en común, es que en ambos casos, las personas están sufriendo debido a la consideración de que no son, serán o serían capaces de enfrentarse a la vida, provocando sentimientos de indefensión y baja autoestima.
Dentro de los elementos que los diferencian esta el hecho de que en la depresión, además del elevado efecto negativo, existe un bajo afecto positivo, lo cuál no sucede en el caso de la ansiedad; la depresión es lo que causa la incapacidad de sentir placer, la falta de energía y empuje vital en el Trastorno mixto ansioso-depresivo. Por su parte, un aspecto propio de la ansiedad que no se presenta en la depresión (excepto en algunos subtipos con como síntomas psicóticos) es la hiperactivación, lo cual provoca un subidón de energía debido a la anticipación ante posibles riesgos. Esto no ocurre en la depresión, el nivel de energía de las personas disminuye.
Causas
Se ha encontrado que existen diferentes causas que pueden llevar a una persona a padecer este trastorno, el cual puede aparecer en combinación con diversos factores como los ambientes, psicológicos y biológicos:

Factores biológicos
Existen algunos factores biológicos que influyen para que una persona pueda padecer de este tipo de trastorno, por ejemplo, la existencia de un desequilibrio en la química del cerebro debido a la deficiencia de algunos neurotransmisores como la serotonina y/o dopamina; esto también puede ser hereditario y transmitirse de una generación a otra.
Algunos investigadores han encontrado causas neuroendocrinas similares en Trastornos depresivos y de ansiedad; estos incluyen el aplanamiento de la respuesta de cortisol a la hormona adrenocorticotropa, el aplanamiento de la respuesta de la hormona de crecimiento a la clonidina y el aplanamiento de la hormona estimulante de tiroides y las respuestas de la prolactina a la hormona liberadora de tirotropina.
Varios investigadores han identificado que la hiperactividad del sistema noradrenérgico, es un factor que influye en el origen de este trastorno. Personas que sufren depresión y con trastornos de angustia que experimentaban activamente una crisis de angustia, tenían concentraciones elevadas de metabolito de norepinefrina MHPG en la orina, el plasma o el líquido cefalorraquídeo.
Factores psicológicos
Entre estos factores se encuentra todo lo relacionado a la personalidad del individuo, hay ciertos rasgos o características de la personalidad que son más vulnerables a padecer este tipo de trastorno. También influyen las propias creencias de la persona, sus pensamientos, ideas y la percepción en general que tiene de la vida.
Factores ambientales
Entre los principales factores ambientales se encuentra el que se haya crecido dentro de una familia disfuncional, haber recibido un tipo de apego inseguro y el haber tenido a lo largo de la vida bastantes dificultades y problemas principalmente de tipo familiar y económico.
Diagnóstico
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) propone una serie de criterios para hacer el diagnóstico. La característica esencial de este trastorno es un estado de ánimo disfórico persistente o recurrente con duración de al menos un mes, acompañado de síntomas adicionales donde se incluyan al menos cuatro de los mencionados anteriormente; dichos síntomas provocan malestar clínico significativo y un deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la vida de una persona.
Para diagnosticar el Trastorno mixto ansioso-depresivo, los síntomas de ambos padecimientos no deben reunir todas las condiciones propias de cada uno, ni deben tener la misma gravedad como para tener un diagnostico de depresión y otro de ansiedad; además, los síntomas deben aparecer en un mismo periodo de tiempo, lo cual permitirá distinguir en que se trate de un Trastorno de ansiedad como consecuencia de un Trastorno depresivo, o viceversa. Para hacer el diagnóstico, también deben de existir algunos síntomas vegetativos como lo son temblores, palpitaciones, boca seca y sensación de malestar gástrico.
Este Trastorno debe descartarse cuando los síntomas se deben a los efectos de una sustancia o de alguna otra enfermedad, o si en algún momento la persona ha cumplido los criterios para ser diagnosticada con Depresivo mayor, Trastorno distímico, Trastorno de angustia o Trastorno de ansiedad generalizada.
El Trastorno mixto ansioso-depresivo ha sido muy polémico entre la comunidad médica, pues no ha sido incluido en todas las clasificaciones de diagnósticos existentes; no se trata de que no reconozcan su existencia, sino que en muchas ocasiones, se ha considerado que se trata o de un trastorno depresivo con características ansiosas secundarias y no un único trastorno.
Para la Clasificación Internacional de la Enfermedades de la OMS, este trastorno es reconocido e incluido en la CIE-10 y en la CIE-11. La DSM, ha optado por no incluirlo debido a que en los estudios llevados a cabo, los datos obtenidos no son totalmente fiables y lo han incluido dentro de los Trastornos del estado del ánimo, especificando que se presentan «síntomas de ansiedad”, con lo cual, se identifican a personas que presentan características depresivas y/o bipolares y ansiosas.
Tratamiento

El tratamiento en los casos de Trastorno mixto ansioso-depresivo, podría resultar complejo debido las diferencias entre ambos trastornos pues los síntomas parecerían contradictorios, pudiéndose utilizar estrategias propias para cada uno; en concreto, se han utilizado estrategias basadas en psicoterapias (Terapia cognitivo conductual) combinadas con tratamientos farmacológicos.
Tratamiento farmacológico
Se ha demostrado que la aplicación de ISRS es de utilidad para el control de los síntomas, al inhibir la recaptación de serotonina de una forma específica y combatir con éxito tanto los síntomas depresivos como ansiosos.
Suelen utilizarse ansiolíticos, antidepresivos o ambos. Entre los ansiolíticos, algunos datos indican que el uso de las triazolobenzodiacepinas podrían funcionar debido a su efectividad en el tratamiento de la depresión asociada con ansiedad.
Las sustancias que afectan al receptor 5-HT, como la buspirona, también pueden estar indicadas, entre los antidepresivos, los serotoninérgicos (como la fluoxetina) pueden resultar muy eficaces.

Tratamiento psicológico
El tratamiento más común (y de cajón) indicado para este trastorno, son las psicoterapias. Por un lado, tenemos la Terapia cognitivo-conductual, donde las personas deben reducir su nivel de activación fisiológica, reducción gradual de los síntomas, lo cual se logra mediante técnicas de respiración y técnicas de relajación.
Por otro lado, es necesario que las personas mejoren su estado de ánimo, lo cual, puede lograrse con Terapia de activación conductual, pues ayuda a que las personas mejoren su estado de ánimo y retomen sus actividades, alentándolos a realizar actividades agradables, ya sea recuperando o participando en alguna nueva de manera gradual
La Psicoeducación permite que las personas entiendan lo que les ocurre, por qué y las características del padecimiento; el objetivo es que identifiquen las características de la ansiedad y la depresión para que normalice su experiencia, comprendan lo que les ocurre y sepan que no son los únicos que lo padecen; el siguiente paso, será tratar los síntomas ansiosos y depresivos mediante la exposición a situaciones evitadas, técnicas de respiración, relajación y autoinstrucciones.
La Terapia de reestructuración cognitiva también es de mucha ayuda, pues en ésta, se ayuda a las personas para que cambien algunas creencias o pensamientos que pueden estar causando y manteniendo el problema y se vuelvan más positivos. La Terapia grupal ayuda a mejorar los síntomas y a identificar patrones de pensamiento desadaptativos y cambiarlos por otros.
El problema de diferenciar los síntomas de la ansiedad y depresión sigue siendo hoy en día una de las preocupaciones dentro de la psicopatología, debido a las implicaciones en el diagnóstico y en la intervención que esta dicotomía tiene. Actualmente, no cabe duda de que existe una relación entre ambos síntomas, pero ello no implica que se confundan pues tienen elementos comunes, pero igualmente diferenciables.
Más info:
- Psicología-Online. Trastorno mixto ansioso depresivo: causas, síntomas y tratamiento.
- Psicología y Mente. Trastorno mixto ansioso-depresivo: causas y síntomas.
- La mente es maravillosa. Trastorno mixto ansioso-depresivo: definición, causas y tratamiento.
- Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. Guía de buena práctica en Depresión y Ansiedad.