Dependencia y Codependencia Emocional

Fuente: Imagen tomada de Pinteres, 2019.

Muchas personas creen que la dependencia emocional y codependencia emocional son sinónimos, lo cual no es cierto; si bien ambas están relacionadas, son conceptos distintos. A grandes rasgos, podemos decir que las personas dependientes son aquellas que, debido a características disfuncionales de su personalidad, depende de otra para ser feliz y la usan para llenar el vacío que siente en su vida; mientras que la codependencia emocional es cuando una persona es la «adicta» a la dependencia de la otra persona y por lo tanto, a la necesidad de ayudarle y preocuparse por su bienestar.

A continuación, me gustaría ahondar más en cada una de estas condiciones psicológicas para que entendamos mejor de lo que se trata y podamos identificarnos, o no, con unos y con otros.

Dependencia emocional

Existen personas que tienen una necesidad muy fuerte por mantener a las personas a su lado, sin importarles el costo emocional. Sus relaciones se basan justamente en mantener a toda costa los vínculos emocionales y afectivos con los demás; normalmente, esto sucede en el ámbito familiar y sentimental, sin embargo, también puede darse en el ámbito laboral o social.

¿Qué es la Dependencia emocional?

La Dependencia emocional es una condición psicológica que consiste en estar enganchado afectivamente de algún objeto, situación o persona, de manera que no podemos estar alegres y a gusto si no lo tenemos con nosotros. Cuando hablamos de esto, nos referimos a la dependencia hacia otras personas que son figuras afectivas significativas en nuestra vida y puede ser nuestra pareja, amigos o familia.

Las dependencias a sustancias u objetos (como los teléfonos), en el fondo esconden una dependencia hacia otra persona. La dependencia emocional es un estado donde no somos capaces de ser felices si no nos sentimos en contacto o vinculados a esas figuras afectivas significativas. Al igual que ocurre con otro tipo de dependencias, como al consumo de sustancias tóxicas, esta dependencia se sustenta de refuerzos positivos que generan una dependencia psicológica; se basa en la necesidad de atención y de sentirse queridos, las personas sufren grandes carencias y por ello quieren retener a los demás y encontrar el afecto y atención que tanto necesitan.

En las relaciones de pareja influyen nuestras creencias religiosas y sociales, por ello, sin quererlo, muchas veces nos podemos sentir atrapados manteniendo relaciones que no nos resultan satisfactorias ni gratificantes, lo cual nos lleva a relaciones tormentosas que se expresan en una especie de tiranía y vasallaje sentimental entre ambas personas. Este tipo de relaciones las identificamos con frases como «ni contigo, ni sin ti», «mujeres, no se puede vivir con ellas ni sin ellas», «todos los hombres son iguales», etc.

La Dependencia se basa en estado particular del sistema nervioso y su fisiología, esta situación es tratada mediante terapias psicofisiológicas con técnicas de relajación y autocontrol que involucran a ambos hemisferios cerebrales para integrarlos y experimentar auténtica independencia interna; muchas veces dependemos más de las sustancias neuroquímicas que se estimulan, más que de los objetos en sí.

Tipos de Dependencia emocional

Fuente: Imagen tomada de Pinteres, 2019.

Normalmente, padecer los síntomas de la dependencia emocional no obedece a un solo factor, son necesarios diversos factores. Muchas veces, la dependencia emocional no es percibida como un problema por quien la padece y llega a culpar a los demás de sus necesidades afectivas y emocionales.

Detrás de la dependencia emocional suele existir el miedo, principalmente el miedo a la soledad, al rechazo y a no sentirse aceptados; es un temor tan grande, que orilla a las personas que la padecen, a intentar retener a personas importantes para ella. Suele experimentarse como una adicción: la persona que la padece intentará de mil formas cubrir sus necesidades afectivas y emocionales y si no lo consigue experimentará algo parecido a un síndrome de abstinencia con todo lo que conlleva (puede padecer altos grados de ansiedad e incluso caer en una depresión).

Acá se presentan los tipos de Dependencia emocional:

  • Dependencia emocional en la familia. Todos somos dependientes en los primeros años de vida, pues necesitamos a nuestros padres o demás adultos para sobrevivir; sin embargo, con el paso de los años, no logramos independizarnos emocionalmente de ellos y no podemos empezar a vivir por nuestra cuenta. Este vínculo puede darse tanto en hijos hacia sus padres o viceversa; se trata de lazos familiares disfuncionales que suelen mantenerse por manipulaciones y chantajes emocionales, son lazos destructivos y dañinos.
  • Dependencia emocional en la pareja. Se basa en la necesidad de una persona por mantener a su lado a su pareja, necesita de sus atenciones, de su compañía y cariño; son relaciones basadas en la necesidad y en el miedo a la soledad y, en estos casos, nada tiene que ver con el amor.
  • Dependencia social. Este tipo de dependencia se basa en el miedo al rechazo y a no ser tomado en cuenta por los demás, puede darse con personas dentro de su grupo de amigos o en el ámbito laboral; las personas con este tipo de dependencia, quiere ser aceptadas y valoradas por quienes creen que son importantes para ellas.

Causas de la dependencia emocional

  • Relaciones basadas en el apego en la infancia. Las personas dependientes suelen aprender a mantener relaciones tóxicas desde pequeños, ya que al menos uno de sus progenitores usa la manipulación para crear la unión con el niño.
  • Niveles bajos de autoestima. Esta situación lleva a la persona a buscar la valoración y la aceptación de los demás.
  • Poca madurez emocional. El poco desarrollo emocional de la persona, la lleva a padecer carencias internas que intentará resolver necesitando a los demás.
  • Relaciones traumáticas. Haber sufrido alguna relación traumática y tóxica, lleva a la persona dependiente a desarrollar una profunda necesidad de ser aceptada por los demás; esta necesidad está basada en el miedo, el miedo al rechazo, a la solidad y a ser ninguneado.

Síntomas

  • Necesidad de tener y mantener relaciones, aunque sean insanas. Las personas dependientes buscan iniciar relaciones que rellenen su vacío interior y cuando las tienen las intentan mantener a toda costa; son relaciones basadas en la necesidad.
  • Necesitan estar con la persona de la cual dependen. Las personas sienten la gran necesidad de estar cerca de la persona de la que dependen, si no pueden hacerlo, sus niveles de ansiedad se disparan; necesitan controlar a la otra persona.
  • Miedo al rechazo y a la soledad. Las personas dependientes tienen como su mayor miedo, la soledad y sentirse rechazadas, no soportan no sentirse atendidas o queridas y es por ello que necesitan mantener a los demás a su lado.
  • Manipulación. La persona dependiente manipulará a la otra con tal de que ésta permanezca a su lado; sólo le importa las necesidades propias y es incapaz de ponerse en el lugar de la otra persona, es una actitud inmadura y egoísta.
  • Idealiza a su pareja. Para las personas dependientes, su pareja lo es todo pues de ella obtiene atención, compañía y afecto y no puede vivir sin ello; percibirá a su pareja como un ente superior que debe mantener a su lado sea como sea.

Trampas de la Dependencia emocional

Una de las trampas de la Dependencia emocional, es la resistencia al cambio, es decir, abandonar el tipo de vida basado en la necesidad y de esa forma convertirnos en personas emocionalmente independientes; no podemos depender siempre de los demás, debemos reconciliarnos con nosotros mismos, debemos dejar atrás esa necesidad y el miedo a quedarnos solos. Debemos tener en cuenta que la Dependencia emocional nace por un apego patológico e insano hacia los demás, es una forma de relacionarse que hemos practicado a lo largo de nuestra existencia.

Otra de las trampas, son los sentimientos. Las relaciones basadas en la dependencia se alejan del amor, es una necesidad promovida por carencias emocionales y normalmente este tipo de dependencias se producen dentro de las parejas en las que alguno de los dos suelen idealizar a la otra persona, creyendo que su propia felicidad depende de la continuidad de la relación y de la presencia de su pareja. La Dependencia nos ciega y nos hace sentir cómodos, pero es una de las trampas que nos destruirá lento.

La persona dependiente desde la infancia, ha desarrollado una forma de relacionarse basado en la dependencia y el miedo; es un modo de ser y de comportarse que se enfoca en aliviar el miedo al rechazo y a quedarse solo, esos miedos nos empujan a apoyarnos en los demás y buscaremos cualquier motivos para prolongar relaciones de necesidad donde saciamos nuestras carencias afectivas y emocionales. Quien caiga en estas trampas, llegará a ningunearse a sí mismo y a no creerse emocionalmente fuerte como para ser autónomo y necesitará sentirse arropado por los demás.

Las parejas de personas emocionalmente dependientes pueden llegar a faltarles al respeto, a serles infieles y a tratarles mal, sin embargo, se verán incapaces de romper esos lazos tan tóxicos, pues esa persona aplaca sus carencias afectivas y permiten que los dañen para no quedarse solas, pues les aterra. No serán capaces de dar el paso, ni cambiarán su actitud de dependencia, buscarán cualquier motivo para mantener las relaciones que necesitan, aunque sean tóxicas.

Cada persona puede crear sus propias trampas emocionales, tóxicas y dañinas, y amoldarlas a sus necesidades personales para justificar su dependencia; por ello pueden existir un sin fin de trampas pero acá se presentan las más comunes:

  • Creer que todo puede cambiar. Es la más común y clásica. Para dejar de pensar que la persona con la que estamos no es, ni de chiste, la persona adecuada para nosotros, decimos que cambiará y que quizás necesite tiempo para darse cuenta de lo que valemos y todo lo que le aportamos; le damos la espalda a la realidad y prolongamos nuestro sufrimiento y hacemos más grande nuestras heridas, es mucho más sano asumir que la otra persona no cambiará y que la aceptamos tal y como es o seguir nuestro camino sin ella. Es una decisión que puede cambiar todo.
  • Creer que es una relación de amor. A veces llegamos a la conclusión de que en el amor todo vale, creemos que el amor justifica todo aunque duela; sin embargo, el amor jamás puede subyugarse al dolor, porque sí es así, carece de todo sentido. La persona emocionalmente dependiente puede justificar los golpes, pero no podrá esconder el dolor, pero aguantar manipulación, faltas de respeto y los ninguneos, no justifica ningún amor.
  • No tener en cuenta todos los malos momentos. Todas y cada las parejas tienen momentos buenos y malos, pero el tema principal es plantearse si los momentos malos superan en frecuencia e intensidad a los buenos; si hay desprecios, humillaciones y discusiones, se está solapando todo lo positivo que pueda proporcionarte tu relación de pareja y es necesario plantearse si continuar con una relación tóxica o no.
  • Creer que debemos esperar a los cambios. Va muy unida a la afirmación de “algún día tiene que cambiar”. Es una trampa que parte del deseo de que las cosas vayan bien, haciendo que nos anclemos en la ilusión de un futuro mejor que llegará; por ello, se crea esa necesidad de esperar pues desprenderse de esa persona tendrá un terrible costoso emocional y psicológico. Nuestra pareja pudo haber hecho algunos cambios, pero al final quien es como es, siempre volverá a su esencia, no podemos huir de todo aquello que somos y por ello, debemos tomar las decisiones que más nos beneficien emocionalmente; debemos poner fin a esa clase de relación tóxica y efectuar el duelo.
  • Ser incapaz de tomar una decisión. El momento para dejar una relación nunca es el idóneo, al igual que no existe una forma perfecta para romper con nuestra pareja; la clave está en hacerlo cuanto antes y no esperar el momento perfecto porque siempre encontraremos un buen motivo para prolongar la ruptura. Estas cuestiones debemos tratarlas directamente y sin titubeos, con una comunicación asertiva y afrontar una ruptura de un modo constructivo.

Prevenir y superar la dependencia emocional

Fuente: Imagen tomada de Pinteres, 2019.

Para prevenir la aparición de los síntomas de la dependencia emocional, podemos aplicar las siguiente recomendaciones:

  • Aceptar nuestra dependencia. Es importante identificar el problema, aceptar lo que nos ocurre y buscar la ayuda que necesitamos. El miedo puede paralizarnos no permitiéndonos dar el paso para superar nuestra adicción emocional y por ello, debemos decidir por nosotros mismos afrontar nuestra dependencia, dejando a un lado nuestros temores.
  • Vuelve a disfrutar de tu soledad. Es importante que la persona dependiente vuelva a sentirse bien en soledad, se debe tomar distancia de los demás, encontrando un lugar y un momento para nosotros; la soledad nos aporta muchos beneficios, como reflexionar y encontrarnos a nosotros mismos.
  • No huyas de tus pensamientos. Toma consciencia de lo que sientes y piensas en cada momento. Cuando notes que estás pensando demasiado, y que estos pensamientos son nocivos, debemos dejarlos a un lado; para ello es recomendable hacer otro tipo de actividades como pasear, hacer deporte o aquellas que nos permita concentrar nuestra atención en cosas positivas y constructivas.
  • Comunicación. Expresar nuestras emociones siempre y explicar a los demás cómo nos sentimos, así, las personas que están a tu lado pueden ayudarte en tu proceso, además de que te permite desahogarte emocionalmente.
  • Busca ayuda profesional. La dependencia emocional no desaparece por si sola, se necesita apoyo y ayuda terapéutica pues no hay atajos para afrontar este problema.

Superar nuestras ataduras emocionales es un gran paso lleno de incertidumbre y miedo, debemos tener en cuenta nuestras necesidades, sueños y metas y para ello es importante centrarnos en nosotros y fomentar una buena autoestima. Si nos queremos y nos aceptamos, los demás también lo hará; somos quien enseñamos a los demás a cómo tratarnos y si nos tratamos con amor y respeto, los demás también lo harán.

Debemos de entender que las relaciones no son un regalo, sino una fuente de mejora personal y como un camino común con otra persona. Una relación sana no se basa en ceder y en contentar a la otra persona, sino en compartir libremente.

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Codependencia emocional

La codependencia emocional es un síntoma dañino para las relaciones de pareja, pues uno deja de ser quién realmente y no es capaz de expresar su verdadero yo. La codependencia emocional, igual que ocurre con la dependencia emocional, es sinónimo de una relación tóxica.

El codependiente es un aliado inconsciente de la enfermedad de su pareja, familiar o amigo cercano. La complicidad involuntaria del codependiente reside en el hecho de proteger al enfermo dependiente de sus efectos y de sus consecuencias, de esta forma, el codependiente permite al dependiente hacerse la ilusión de que puede continuar con su comportamiento y no causará ningún problema, pues, de alguna manera las cosas estarán bien. La codependencia es el hecho de ahorrarle a la persona dependiente las consecuencias de sus comportamientos, decisiones o no elecciones, consumo, etc.

La palabra codependiente era usualmente empleada como sinónimo de aquellas personas que asiste a los adictos en su dependencia compulsiva tomando la responsabilidad por ellos, elaborando excusas por ellos o minimizando o negando las repercusiones que puedan tener sus comportamientos disfuncionales. La designación de codependencia surgió originalmente de los grupos Alcohólicos Anónimos cuando se empezó a entender que el problema de las dificultades del bebedor se entendía mejor en el contexto de la familia y amigos que intentaban ayudar al dependiente.

¿Qué es la Codependencia emocional?

La codependencia es una condición psicológica donde una persona se apega emocionalmente a otra. Se refiere a aquella situación donde una persona es adicto a la dependencia de su pareja y a la necesidad de ayudarle y preocuparse por su bienestar. Los codependientes son controladores y manipuladores silenciosos que están al pendiente de conseguir lo que piensan que su pareja necesita y en este intento de proteger al otro, dejan de ser ellos mismos.

La codependencia concierne a toda persona que sacrifica su tiempo, su esfuerzo e incluso su dinero para resolver los problemas de otros o salvar a su pareja. Una persona que es codependiente tendrá tendencia a entrar en relaciones con personas que tienen muchos problemas afectivos, sociales, familiares o financieros, por consiguiente, el codependiente tiende a ignorar los problemas de su propia vida.

Tipos de personas codependientes

Fuente: Imagen tomada de Pinteres, 2019.

La codependencia es una problemática en la orientación de las relaciones que involucra la renuncia del poder y control a individuos que son adictos o que tienen alguno de los tres trastornos de la personalidad de manipulación emocional. Es decir, los codependientes se encuentran habitualmente en relaciones con individuos egotísticos, egocéntricos, egoístas y/o adictos; son atraídos por personas que no parecen interesadas ni motivadas a participar en relaciones mutuas o recíprocas; participan voluntariamente en relaciones en las que hay una distribución injusta de amor, respeto y cuidado, tanto dados como recibidos; eligen parejas románticas narcisistas o adictos y por ello se sienten insatisfechos, no respetados y subvalorados y por mucho que se resientan y se quejen de la desigualdad en sus relaciones, se sienten impotentes para cambiarlas.

Coodependientes pasivos

Los codependientes pasivos son más temerosos y evitan conflictos. Por razones complicadas, relacionadas principalmente con su autoestima extremadamente baja, el miedo a estar solos y la tendencia a estar en relaciones con manipuladores emocionales controladores, peligrosos y/o abusivos, el codependiente pasivo intenta controlar o influir en su pareja narcisista a través de estrategias de control ejecutadas meticulosamente, la mayoría de las cuales están destinadas a caer en la manipulación emocional (conciencia). Debido a la naturaleza secreta y oculta de sus estrategias de control, los codependientes pasivos son percibidos como más manipuladores (que los codependientes activos).

Codependientes activos

Los codependientes activos, intentan abiertamente manipular a su pareja narcisista para que satisfaga sus necesidades. Siendo menos temerosos del conflicto y del daño subsecuente, son propensos a iniciar discusiones y confrontaciones con los manipuladores emocionales. A menudo, los codependientes activos se confunden con los narcisistas debido a su actitud abiertamente más controladora. A pesar de que están atrapados en un círculo que nunca ganarán, de tratar de controlar a alguien que no está ni interesado, ni es capaz de satisfacer sus necesidades de amor, respeto y cuidado; normalmente no son capaces o no están motivados a poner fin a la relación; creen que «un día» su pareja patológicamente narcisista se dará cuenta de sus errores y mala conducta y les dará lo que desesperadamente quieren y necesitan. Sólo que nunca pasa.

Aunque son diferentes en el exterior, tanto el codependiente pasivo como el activo comparten la patológica auto-orientación «hacia otros» y ambos permanecen con compañeros patológicamente narcisistas mientras están infelices, enojados y resentidos ante la falta de reciprocidad, interdependencia y equidad en su relación. Mientras que el codependiente activo puede parecer más fuerte, más en control y más seguro, ambos comparten las mismas inseguridades profundamente incrustadas y sentimientos de impotencia; ambos son incapaces de liberarse de su relación disfuncional.

El término manipulador emocional, se define como un individuo que se ajusta a los criterios diagnósticos de uno de los tres trastornos de la personalidad: Borderline, Narcisista o Antisocial y/o adicto a un medicamento o proceso (por ejemplo, sexo o juegos de azar); los manipuladores emocionales son patológicamente narcisistas. La frase «manipulador emocional» es sólo una de las innumerables descripciones de la personalidad que podría encajar en casi cualquier persona, incluyendo los codependientes. Todos podemos ser emocionalmente manipulativos; los codependientes también pueden ser emocionalmente manipulativos o manipuladores emocionales, sin embargo, el término «manipulador emocional» sólo se utiliza para los narcisistas patológicos y/o adictos antes mencionados.

Características y síntomas de un codependiente

  • Tienen un sentimiento exagerado porque se sienten responsables de los sentimientos y accione de su pareja.
  • Se dejan llevar por la parte emocional más que la racional.
  • Se sienten usados y victimizados cuando las cosas no salen bien.
  • Tendencia a sentirse heridos cuando las personas no reconocen sus esfuerzos, necesitan aprobación y reconocimiento, especialmente por satisfacer y atender las necesidades de su pareja.
  • Tienen límites poco claros y todo lo toman personal.
  • Usan la manipulación y la culpa para controlar.
  • Son obsesivas pensando en cómo estarán los otros y no toleran la frustración.
  • Se valoran negativamente porque tienen baja autoestima y temen el rechazo por no sentirse a gusto consigo mismas.
  • Pobres habilidades sociales, mediante la ayuda que dan, pretenden sentirse valorados y apreciados.
  • Niegan la realidad, especialmente frente a los problemas de la pareja y de la relación.
  • Quedan atrapados en una relación tóxica e insatisfactoria debido a su baja autoestima e intentan cambiar a su pareja cuando en realidad ellos tienen el problema y deben cambiar.
  • Tienen dependencia insana a las relaciones y harán todo lo posible para permanecer en esas relaciones y evitar sentimientos de abandono.
  • Tienen dificultad para identificar sus sentimientos. No son emocionalmente inteligentes, sin capacidad de autoconocimiento y reflexión, no regulan sus emociones y desarrollan técnicas para mentirse a sí mismos sobre el comportamiento de los demás.
  • Tendencia a pensar solo en el bienestar del otro sin tener en cuenta sus propias necesidades.
  • Tendencia a confundir amor y lástima, por lo tanto a «amar» a personas a las que pueden sentir lástima y rescatar.
  • Tendencia a implicarse con individuos con problemas psicológicos o indisponibles en el plano emocional.
  • Tendencia a hacer más de lo que corresponde todo el tiempo.
  • Necesidad compulsiva de controlar a otros, existe un intento de regular los sentimientos internos a través del control de personas, conductas y situaciones.
  • Falta de confianza en sí mismos o/y en otros, así como falta de confianza personal en toma de decisiones.
  • Dependencia a otros y miedo al abandono
  • Rigidez y dificultad para ajustarse al cambio, así como necesidad de control.
  • Creencia de que otros causan o son responsables de sus emociones y elecciones.
  • Tendencia a cuidar a «otros» o querer «componerlos» y si no lo logran, se sienten confundidos e insuficientes.
  • Aislamiento y miedo a las personas, resentimiento a figuras de autoridad; enojo crónico; hipersensibilidad a la crítica y dificultad para disfrutar.

Causas de la codependencia

Todos podemos estar expuestos a entrar en un círculo de codependencia en nuestras relaciones, algunas personas están más riesgo que otras, como es el caso de las personas que crecieron en el seno de una familia disfuncional, donde uno o varios miembros han presentado algún tipo de adicción, alcoholismo u otro trastorno psicológico invasivo.

En los casos de las familias cuyos padres son absorbidos por sus problemas y descuidan a sus hijos, limitándose a exigirles cubrir sus necesidades y demandas (la de los padres), los hijos de estas familias tienen el reto de aprender que sus propias necesidades son también importantes de atender y están en riesgo de suprimir sus necesidades y volverse adicto a atender a los demás.

También, un mal manejo en la dinámica familiar de la ausencia de uno de los padres, las discusiones constantes o una separación, pueden generar problemas de codependencia; en estos casos, se adoptan comportamientos y actitudes inadecuadas para responder a tales problemas. Estos problemas, frecuentemente, están en primer plano y sin embargo no son abordados de frente; cuando las familias rechazan hacer frente a la realidad y a admitir que es problemática, las verdaderas emociones son reprimidas y las personas terminan por desconectarse de sus propios problemas y sentimientos.

¿Cómo superar la codependencia?

Fuente: Imagen tomada de Pinteres, 2019.

Si nos sentimos apegados a alguien que es el centro de nuestro mundo, la razón de nuestra existencia y sin la que no podemos desenvolvernos en la vida, es posible cambiar esto y superar ser codependientes. Para ello, es necesario tomar en cuenta lo siguiente:

  • Busca en tu interior aquello que te hace sentir inferior, reflexiona y piensa si realmente eso es así o no. Tú no vales menos que nadie, hay que empezar de nuevo.
  • Los pensamientos de los codependientes estarán plagados de frases como «no sé», «no puedo hacerlo», «él sabrá hacerlo»; hay que eliminar o contrarestrar estos pensamientos.
  • Hay algo que todos podemos hacer: aprender. No busques ayuda, no te apoyes en otra persona, intenta ser independiente.
  • Muchas circunstancias nos sobrepasan y hay que saber solventarlas y superarlas con éxito nosotros mismos. No podemos pensar en apoyarnos en otra persona, pues ese apoyo puede volverse inestable, nada será mejor que tener la seguridad de nuestro propio apoyo.
  • Tú sabes en lo que destacas, trabaja en ellos para aprender a valorarte y no necesitar depender de nadie.
  • Busca un motivo de alegría cada día. Que no te importen lo que los demás hagan, importa lo que hagas tú. Deja de fijarte en los demás como un modelo, cada uno es único, haz que tu vida sea única.
  • Persevera. Es difícil, pero no imposible. Debemos continuar hacia delante pues no siempre tenendremos a alguien en quien apoyarno y cuando ello suceda, debemos mostrar inteligencia y responsabilidad.

La psicoterapia individual, la terapia de pareja y la terapia grupal, pueden ayudar a las personas a entender porqué cubren las necesidades de todos menos las suyas o se colocan en el último lugar. Se ayuda a la persona a identificar tendencias codependientes, entender porque ciertas conductas fueron adoptadas desde un inicio y a desarrollar el amor propio para sanar y transformar viejos patrones ocasionados por problemas no resueltos. 

Entre los enfoques que han mostrado ser más efectivos para tratar la codependencia emocional están la terapia sistémica breve, la terapia cognitivo-conductual y el counseling. A continuación se presentan algunos aspectos que se trabajan:

  • Mejorar el cuidado de sí mismos. Las personas codependientes tienden a concentrarse en las necesidades de los otros, descuidando las propias.
  • Establecer límites. Al establecer límites con los demás, se fuerza a los demás a aprender a tomar responsabilidad de sus propias vidas facilitando la autosuficiencia, esto permite al codependiente invertir más tiempo y energía en sí mismo en lugar de alguien más.
  • Diferenciar entre apoyar y reparar. El apoyo incluye escuchar con empatía y dar ánimos, mientras que pretender reparar a alguien es entrometerse y resolver problemas a personas que son capaces de resolverlos por sí mismos.
  • Reaprender a ayudar. Es importante confrontar la realidad de que el codependiente lejos de ayudar, está ocasionando que la persona dependiente continúe necesitando ayuda. La persona tiene que ayudar «dejando de ayudar», dejando de hacer lo que ha considerado ayudar y reaprender a hacerlo.
  • Aprender de patrones de familia. Existe una educación inconsciente que pasa a través de canales imperceptibles, esta enseñanza es involuntaria y tiene que ver con asuntos pendientes de los padres y que, en la medida en que no los sepan resolver, los heredarán a sus hijos. Identificar patrones malsanos en la familia, permite a la persona entender la dinámica familiar que está siendo alimentada y que mantiene en pie las conductas codependientes que se quieren evitar.

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