¡Adiós drogas psiquiátricas!

Hello friends! Definitivamente ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí, un año y cinco meses aproximadamente. Es bueno regresar a escribir, había olvidado lo feliz que me hace esto…

Probablemente esta deba ser una de las noticias más felices de mi vida, pero honestamente, no es tan agradable como piensan. Hace casi dos meses tuve mi cita mensual con mi psiquiatra, todo iba perfectamente normal hasta quince minutos antes de acabar mi sesión, cuando mi doc empezó a hacerme un tipo “examen” sobre todo lo que había aprendido en los últimos cuatro años trabajando juntas, a preguntarme si sentía que había tenido avances y a recapitular todas las estrategias que había aprendido, y me habían funcionado, para lidiar con la vida, para ser más específica, a lidiar con mis emociones y sentimientos, y situaciones que me causan estrés y ansiedad.

Mi mini examen fue un éxito, si pudiera evaluarme, sería un diez de diez, mi ñoña interna estaba que no podía con la emoción de mis respuestas tan acertadas, y obviamente de ver mis avances. Bueno, esa felicidad duró menos de un minuto hasta que me dijo que ya íbamos dejar todos mis medicamentos, que ya era momento debido al avance que había presentado…

¡Plop!

Fue una sensación muy muy extraña, me dio miedo y ansiedad en ese instante. Digo, por supuesto, que dejar mis medicamentos es un ENORME logro y un avance increíble, después de casi seis años de vivir con ellos, al fin me estaban “graduando” y por supuesto me provocaba felicidad. El gran problema es la sensación y el malestar que provoca la suspensión de medicamentos, en ese momento no lo dimensionaba, sabía que me iba a sentir mal, porque cuando se me olvidaba tomarme alguna pastilla o no me la tomaba a la hora, se sentía muy feo, pero se solucionaba tomando nuevamente las pastillas. Ahora, ya no iba a haber más pastillas para dejar de lado ese malestar.

La suspensión de medicamentos sería gradual para que no me sintiera tan mal, traté de negociar un par de meses más con medicamentos para evitar el malestar, pero no lo logré, mi doc. fue extremadamente firme con su decisión. El plan sería que veinte días estaría tomando una dosis menor, los siguientes veinte días tomaría la dosis mínima que se comercializaba, y los últimos veinte días tomaría los medicamentos un día sí y un día no, hasta terminar las dosis y listo, no habría vuelta atrás.

Bueno, la verdad es que yo viví cuarenta días perfectos, el cambio a una dosis mínima no me afectó para nada, me sentía súper normal. Mi personal hell empezó un martes que no me tocaba tomarme los medicamentos, sería mi primer día entero sin tomarlos. Todo el día y una parte de esa tarde, me sentía bien, sin ningún cambio; dieron las 6:00 pm y todo empezó a empeorar; ni siquiera se describir lo que se siente, la única forma en que logré acercarme para describir la sensación de malestar que tenía era hacer una comparación con lo que se siente cuando estás teniendo la peor cruda de tu vida, después de ponerte una peda monumental. Y sí, no sabía cómo describirlo más que como la peor cruda de tu vida, pero multiplicada por cinco:

Tenía migraña horrible, no aguantaba ningún tipo de luz, sentía la cabeza pulsando y juraba que en cualquier momento me explotaba. Tenía una sensación de mareo y asco, como cuando despiertas cruda en tu cama y todo te da vueltas, haces el menor movimiento y ya te movieron todo a tu alrededor. Tenía mucho malestar estomacal, no pude comer en toda la semana, porque comía y vomitaba, mi dieta se basó en té, licuados de proteína, y muy de vez en cuando fruta picada. Mis ciclos de sueño alteradísimo, no me podía dormir en la noche y cualquier ruido despertaba y ya no dormía hasta el amanecer. Mi humor, no les cuento, ese primer día sin medicamentos fue el peor, estaba muy muy de malas porque estaba de malas, no tiene sentido, pero me molestaba estar de malas y como no me podía controlar, me enojaba aún más conmigo misma, me sentía tan frustrada que terminé rompiendo mi cepillo de dientes.

De verdad es la peor sensación de mundo…

Y obviamente como buena ñoña, me puse a investigar sobre este malestar y sorprendentemente es bastante común en pacientes psiquiátricos a quienes se les retiran los medicamentos, tiene nombre y se llama Síndrome de discontinuación de ISRS o Síndrome de abstinencia de ISRS; básicamente, es porque nuestro cuerpo siente la falta de una sustancia a la que ya estábamos acostumbrados, literal como cualquier drogadicto u alcohólico en recuperación.

¡Es horrible! La peor sensación del mundo y básicamente internet decía que eso síntomas podrían durar entre dos semanas, alargarse a dos año e inclusive hasta seis años…

Sí bueno, no iba a aguantar de ninguna forma humanamente posible. Esto me precia misión imposible y juraba que nunca más iba a dejar mis medicamentos.

Mientras se me ocurría algo para lidiar con todo esto, llegué a una página que es un grupo de apoyo online llamado Surviving Antidepressants, donde hay mucha gente escribiendo sobre su experiencia y los mecanismos que han usado para lidiar con ese malestar… La verdad fue una granito de esperanza en medio de mi caos, porque había otras personas que se sentían igual a mi.

Al día siguiente decidí combatir mi falta de drogas con drogas menos fuertes, lol. Compré Bio Electro para mis migrañas y Dramamine para mis mareos, náuseas y vómitos. Yo juraba que nada de esto funcionaría y tendría que aprender a vivir de esta forma por muchos meses hasta que los síntomas desaparecieran solitos.

Mi segundo día sin tomar medicación fue aún peor, además de todo lo que ya describí que sentía, me pasé casi la mitad de la noche vomitando, ya no tenía nada más que vomitar, pero tenía esa horrible sensación. No pude más y me decidí a tomar mis Bio Electro y mis Dramamine…

¡Todo mejoró!

Solamente tome otras cinco dosis más, espaciándolas un día sí y un día no. Los días que no me tocaban los medicamentos psiquiátricos, tomaba los otros medicamentos de venta libre. Me funcionó bastante bien hasta este fin de semana que decidí no tomar más mis medicamentos psiquiátricos y seguir sobrevenido con mis Bio Electro y Dramamine. Tomé esta decisión porque mientras más alargaba el tomarme una dosis de meds psiquiátricos, más se extendía mi agonía, y los síntomas de desintoxicación se hacían peores.

Seguí mi auto tratamiento y voy mejorando, mi psiquiatra no sabe lo que hice, seguramente me tocará un pequeño regaño en cuanto la vea, pero honestamente prefiero lidiar con mi malestar lo antes posible para que termine lo antes posible.

Al día de hoy, todo va bien, mareos y dolores de vez en cuando, pero definitivamente no con la misma intensidad, así que por esto, supongo mi plan está funcionando…

Esperen updates pronto.

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