¿Cómo te gustaría ser recordada?

Hace algunas semanas, nos avisaron que un bato con el que trabajábamos murió de COVID. La noticia me impactó un buen porque, en primer lugar, nadie «cercano» o a quien conocí personalmente había muerto de esta cosa fea; en segundo lugar, porque estaba super joven y, o sea, no tenía ninguna enfermedad que lo hiciera ser persona en riesgo. Además, me sentí pésimo porque como no sabía que tenía esta cosa fea, el último mensaje que le mandé fue como de «enojo / presión» para ver si él o alguien de su equipo se iba a conectar a una reunión que habíamos planeado hace un buen y pues era un tema urgente por un proyecto al que habíamos financiado.

Obviamente mi conciencia estaba que no se aguantaba porque ni siquiera fui para preguntarle cómo estaba y fui directo con mi mensaje pasivo-agresivo. Les juro me sentía tan mal y por eso tuve que hablar con mi psicóloga sobre el tema y mi remordimiento de conciencia por haber sido, creo, bitchy con él. Mi psicóloga ya me «reconfortó» un poco porque me dijo que yo no sabía nada y actué como cualquier persona, en ese entorno de trabajo y que desconociera el tema, hubiese reaccionado.

Obviamente, envié mis condolencias y me uní a las actividades que se harían en su memoria; una de ellas fue una reunión virtual donde sus amigos, familia y en general, cualquier que lo haya conocido, le harían un homenaje virtual para recordarlo y despedirse, aunque sea virtualmente, de él. Cuando entré a esa reu, me impacté mucho por la cantidad de personas que estaban ahí conectadas; muchos empezaron a contar historias que habían vivido con él, de su trabajo, amigos de la universidad, su novia y ex novia, en serio, fueron muchas personas y muchas historias.

Me impactó muchísimo también escucharlos a todos, de verdad hizo un buen de cosas que yo no tenía idea y que honestamente, me hubiera gustado compartir un poco más con él porque me identifiqué con sus valores, creencias y con sus luchas sociales. De verdad hizo de todo, desde trabajo en la academia, investigaciones, escritos, marchas, defensa de personas y sus derechos, trabajo con comunidades indígenas, consultorías, organizaciones de la sociedad civil… de verdad, hizo muchas cosas muy interesantes.

Todos estaban llorando y con un mood triste (as normal), pero cuando su mamá pidió la palabra y habló, se veía contenta, estaba feliz y a mi mamá y a mí nos sacó un poco de onda porque no estaba desconsolada llorando como todos los demás. La razón, la verdad me llenó mi corazoncito, la señora dijo que estaba muy feliz y sorprendida de saber cuántas cosas y cuántas historias tenían todos con su hijo, que él le platicaba algunas cosas que hacía, pero que nunca se imaginó que hubiera hecho y que hubiera impactado a tantas personas como todos contaban en sus historias.

Y pues sí, a mí también me impactó todo lo que hizo y por lo que luchó. Me puse a reflexionar mucho sobre esto y para mi fue como ¡wow! No sé en realidad como describir la sensación, pero fue como admiración, mucha, e inspirador; I know! sé que suena cursi e incluso un poco cliché, pero les juro que movió mucho mi cora, y sólo pensaba «sí, esto es justo lo que yo quiero ser y hacer y así me gustaría ser recordada a mi también». No sé, como que de alguna forma, quiero que se recuerden más mis acciones por las causas que defiendo y considero mis luchas, que por un status o mantener cierto puesto importante en algún lugar. No sé si me explico bien, pero tampoco la idea es llegar a ser la Madre Teresa de Calcuta, es simplemente, el hacer algo que impacte a alguien de la mejor forma posible… así cómo todas esas historias me impactaron a mi…

Después de los horrible sismos de 2017 en la Ciudad de México y Chiapas, todo el mundo salió a la calle a ayudar, había muchísima gente entregando comida, medicamentos, gente con palas, cubetas, un buen de herramientas para ayudar a quienes habían quedado atorados en algún derrumbe. En ese entonces, yo trabaja en TECHO y nosotros también salimos a ayudar y sumarnos como voluntarios donde nos necesitaran; después de esos días de ayuda urgente, desde TECHO nos pusimos a trabajar con visitas a comunidades afectadas por el sismo en Morelos, Puebla, Estado de México, CDMX, Oaxaca y Chiapas, hicimos un buen de entrevistas a familias y trabajamos con otras organizaciones para ver cómo íbamos a responder ante esa situación de emergencia habitacional (que es el tema focus de TECHO). Desde mi puesto, nos pusimos a contactar donantes y un buen de empresas para tener más dinero para hacer todo lo que teníamos planeado; además, me sumé a varias construcciones de viviendas de emergencia en varios estados.

Una de esas construcciones en las que participé fue en Chiapas, específicamente en la comunidad El Triunfo, en Cintalapa, en febrero de 2018. Era la primera vez que sería líder de cuadrilla (o sea, la responsable del equipo que construiría una vivienda a una familia), estaba super nerviosa porque me sentía con una enorme responsabilidad por construir bien la vivienda para una familia que, literalmente, había perdido su casa por los sismos. De verdad, no se imaginan el perfeccionismo que manejaba y yo creo que mi equipo me odió un poquito porque quería todo exacto, ni un cm más ni un cm menos, la burbuja del nivel debía estar exactamente en el centro porque si no, me alteraba y les hacía repetir cosas para que quedara super bien nivelados los páneles. Mi monitor tuvo que ir al terreno donde estábamos para decirme que me relajara un chingo y que me podía permitir un par de cm de variación en las medidas.

¡Sip, ese era el nivel de presión que me había auto infringido! En fin, la familia a la que le construimos fue la mejor del mundo, nos hacía unos desayunos y comidas deliciosas, me dejaron montar su caballo y ver sus animales, nos contaron un buen de historias, compartimos un montón con ellos, la verdad. La familia era el papá, la mamá y tenían 2 hijas, Jas y Lupis. Jas ya iba en la secundaria y Lupis apenas en primaria, era pequeña.

Mi equipo y yo terminamos antes la vivienda y los demás fueron a apoyar a otras cuadrillas, yo me quedé a ayudar a la familia a recoger la herramienta, lavar platos y así. Cuando terminamos todo, me invitaron a quedarme un rato con ellos, yo ya estaba hiperactiva cansada, porque además, el calor era sofocante, y pues acepté. Me empezaron a contar un buen de historias, me invitaron a las fiestas de la iglesia, a las del pueblo e incluso a la graduación de primaria y secundaria de Lupis y Jas. En una de estas interacciones, Lupis me dijo que la acompañara a la tienda porque quería dulces, su mamá le dio dinero y la verdad no quería ir porque estaba muy cansada, pero no me podía negar, así que fuimos. Al ir caminando, Lupis me agarró la mano y así de la nada me dijo «de grande quiero ser como tú»…

No se imaginan todo lo que sentí dentro de mi ser…

Fue algo increíble, me movió muchas cosas dentro de mi, cosas que a la fecha no sé explicar, porque, pues, desde mi punto de vista, no hice absolutamente nada especial, o sea, no actúe de una forma que impresionara, es más, era más estrés que persona en esos momentos. Lupis compró sus dulces y me regaló una paleta porque me dijo que era un regalo para mí por construirles casa. Amigos, casi me pongo a llorar ahí en medio de la calle con el calor insoportable.

No sé, algo hice muy bien para que esa pequeñina viera algo en mí que la marcó. No sé que fue y probablemente nunca lo sabré, pero algo hice que me hizo sentir una cosa bien extraña dentro de mi y que me movió muchísimo. Y justamente eso, eso es por lo que me gustaría ser recordada. De alguna forma, dejar algo bueno en las personas, saber que hice algo que logró impactarlas de algún modo. Y no, no es por ego o porque me quiera creer la Santa Madre de la Caridad, no quiero ser reconocida o «famosa» por esos «actos humanitarios y de caridad»; quiero que pase eso que pasó con ese bato que murió de COVID, ser a la vista de la sociedad inviable, pero en lo pequeño, en cualquier pequeño grupo de personas con quien conviva, dejar algo de mi que impacte de forma positiva a esas personas.

No tengo idea si estoy logrando expresar ese sentimiento, probablemente no, porque ni yo misma lo termino de entender hasta ahora, pero por eso es que amo y quisiera dedicarme por siempre y para siempre a trabajos comunitarios o de cooperación para el desarrollo. Porque es lo que realmente me hace muy feliz y me llena el corazón de una forma que no se imaginan. No me importa que sean trabajos con una chinga enorme y de cierto modo, mal pagados a la vista de otros como mis padres o el ex, es algo que simplemente me gusta y me llena de mil formas, me hace muy feliz.

Y, pues así quiero ser recordada, como la loca idealista que trabajaba intentando cambiar el mundo…

Esto que escribo hoy es en memoria de JBT, el compa que me inspiró con todo su trabajo y las causas por las que luchó en vida y que impactó a muchísimas personas.

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