Amistad es amigo

Al fin, después de no escribir hace más de un mes I’m back, bitches! Lol!

Antes de contarles mis aventuras, estoy súper emocionada porque ya compré el dominio de mi blog, ahora ya es oficialmente mi página ❤ (vayan a verlo, ya tiene sólo el .com ¡qué bonito!). La verdad no se a dónde va a llevarme la aventura de este blog, porque no es algo que he pensado llevar a algo más profesional, por ahora sólo sé que me gusta mucho escribir y contar un poco sobre lo qué pasa en vida, con mi trastorno mental y todos esos dramas en los que me gusta meterme, lol. Mi fofinho es el que me ha estado apoyando un montón y fue el que me dijo que siguiera con esto a ver a dónde llegaba… ¡lo amito mucho!

Bueno, ahora sí, después de mi breve buena noticia, les quiero contar que me fui de viaje con Diego, uno de mis mejores amigos que se mudó a Londres. Estuve tres semanas fuera de México y regresando, me absorbió mi vida laboral, la vida adulta es muy complicada…

Diego y yo nos conocimos en segundo semestre de la Universidad, cuando nuestros grupos de amigos se juntaron y pues nos hicimos uno solo. Después de la Universidad nos alejamos un poco por nuestra vida laboral y lo que estuvimos haciendo todo ese tiempo; a inicios de año nos reencontramos en una Zoom meeting con nuestros demás amigos y pues hicimos actualización de vida.

Hace algunos meses, se nos ocurrió la idea de armar un viaje, y pues cuando menos lo esperaba, me escribió para decirme que ya tenía nuestros vuelos para ir a visitar a sus papás, sólo debía comprar mi vuelo a Londres y pues listo, lo compré (si tan sólo fuera así en los demás aspectos de mi vida y no me dedicara a ser una overthinking person 24/7, mi vida sería hermosa).

Diego y yo nos hicimos súper amigos porque desde que nos conocemos, sus papás han vivido fuera de México, vivía solo y pues en mi familia “lo adoptamos” porque pasaba muchas fechas festivas sin su familia, pasó con nosotros algunas Navidades y Años Nuevos. Cuando sus papás venían de visita, me invitaban a comer y salir con ellos, supongo que era como un “agradecimiento” por no dejarlo solito.

Anyway, no les voy a contar cómo tal sobre el viaje y qué visitar y así, les quiero contar sobre lo increíble que fue el reencuentro con ese bato y que es increíble como los amigos correctos se quedan contigo, a pesar del tiempo sin vernos o hablarnos.

Diego es de esos amigos-hermanos, con los que tengo plena confianza, que literal podemos hablar y hacer cualquier cosa sin ningún problema. Recuerdo que una vez lo mandé a comprar tampones y me los llevó hasta el baño de niñas en la Facultad; en un viaje a Oaxaca lo tuve que cargar hasta mi cuarto porque estaba ultra astral por tanto alcohol que ingerimos (honestamente no se cómo logré eso, el bato es un wey de 1.80, todo fuerte y con músculos, y yo una morra de 1.57, lol). Desde que recuerdo nuestra amistad, siempre nos hemos protegido y ayudado con miles de cosas; nunca hemos intentado nada en plan sexual o amoroso (somos como asexuales entre los dos, lol); incluso teníamos nuestros propios nicknames, el era “mi” Mensito y yo “su” Pechu, hahaha. Literal, somos como brothers, hahaha.

Ya saben, al llegar a Londres, ¡uy! fue increíble, me recogió en el aeropuerto, llegamos a su depa y actualización de vida en vivo y con mucho alcohol de por medio. Esa semana en Londres, me presentó a sus amigos, conviví con ellos mientras el trabajaba y tomaba sus clases y por la tarde-noche nos reuníamos todos a seguir enfiestando. En una de esas noches, una de sus amigas quería pelear conmigo porque pensaba que él y yo nos estábamos acostando y que se lo iba a quitar, al perecer esta niña está muy enamorada de él; al final, no pasó nada, aunque seguía dudando de mi porque era muy cercana a él.

En uno de los drinking games que jugamos con sus otros amigos, nos retaron a hacer cosas ridículas en la calle. Lo que no sabían es que somos latinos, mexicanos y súper amigos, lo cual no iba a ser ningún problema para nosotros, hacer el ridículo juntos is our passion, hahaha. Ya había olvidado lo serios, recatados y lo “posh” que son los ingleses. Teníamos que cumplir con dos retos, conseguir 20 libras en la calle y bailar en un lugar con mucha gente.

Para las 20 libras, nos hicimos unos letreros que decía que estábamos en una situación difícil por la pandemia y que nos ofrecíamos a darles una clase express de español y de baile (wey, ninguno de los dos sabe bailar). Estuvimos en St. James Park y sorprendentemente, la gente se acercó a nosotros, armamos un grupo pequeñito para enseñarles nuestros “pasos básicos” de salsa y cumbia y para enseñarles lo básico del español. Créanlo o no, conseguimos 33 libras, lol!

Para nuestro segundo reto, nos fuimos a Trafalgar Square y ahí bailamos. Entre algunas de nuestras muchas estupideces que hemos hecho, esta el que siempre, siempre, en cada fiesta o cualquier ocasión social nos poníamos a bailar Bring it at all de S Club 7 y Saturday Night de Whigfield. Esto empezó porque un día en la Universidad, en una de nuestras varias horas libres entre clases y hablando tonterías, empezamos a bailarlas porque ambos nos sabíamos los pasos, a partir de ahí, siempre nos decían que bailáramos porque lo hacíamos cagado, y bueno, se convirtieron en “nuestros bailes”, haha! La verdad fue un gran performance, tuvimos público en Trafalgar Square, especialmente abuelitos que aplaudieron nuestro entusiasmo.

Después de Londres, nos fuimos a Madrid a visitar a Mai, una amiga española de AIESEC. Quería visitar a otros amigos que tengo en España, pero al final no se pudo por los tiempos y porque estaban en otras ciudades.

En Madrid tuvimos otras aventuras. La más chistosa para mi, estresante para Diego y Mai, es que me perdí en el metro, bueno, no me perdí, les cuento: íbamos de regreso de casa de unos amigos de Mai y yo iba súper intoxicada de alcohol, nos subimos al metro para regresar al depa de Mai y en Madrid hay una línea del metro que es circular, bueno, yo me quedé súper dormida en esa línea y no me bajé con los otros dos, ahí me fui dormida y la verdad no sé cuantas vueltas le di dormida; según Mai, me estuvieron buscando como 2 horas dentro del metro, lol. Cuando por fin lograron comunicarse conmigo, yo les respondí la llamada y les dije que estaba en la estación Lagunilla, en realidad se llama Laguna, pero como en México hay una estación llamada Lagunilla, yo dije ese nombre. El punto es que no entendieron porque no existe ese nombre y fue hasta que Mai captó y supuso que seguía en la línea circular, y sí, ahí me encontraron, dando vueltas. La verdad, yo no me acuerdo de cómo pasaron las cosas, sólo nos reímos mucho al día siguiente.

En Indonesia, la verdad es que no tuvimos muchas aventuras, sólo que era super chistoso como las personas querían tomarse fotos con nosotros porque pensaban que éramos famosos, esto fue porque los papás de Diego nos mandaron a unas personas de seguridad para que nos cuidaran porque en días recientes hubo algunos problemas en la Embajada de México y pues veían que salíamos y entrábamos de ahí. Las personas, al vernos con alguien de seguridad siempre con nosotros, y como veían que éramos diferentes fisicamente, pues asumían que éramos «famosos», lol. Hubo muchas bromas respecto a eso.

En nuestro último fin de semana ahí, íbamos a ir a Padang Padang (una playa en Bali), pero ya no pudimos ir por seguridad y la pandemia de COVID, los casos y la situación ahí en el Sudeste asiático estaba poniéndose más complicada y al final, los papás de Diego decidieron que era mejor quedarnos en Jakarta.

A pesar de que no estuvimos turisteando por la ciudad y conociendo cosas por la pandemia, la verdad es que me divertí muchísimo en este viaje. Sin duda alguna, lo mejor fue reencontrarme con Diego, y es que después de muchos años de no vernos, volver a recordar muchas estupideces que hicimos y pasamos en la Universidad me llenó mucho mi corazoncito. Y de nuevo vuelvo a confirmar que no importa cuánto dejes de ver o hablar con tus amigos verdaderos, cuando llegue el momento del reencuentro, será como si nada hubiera cambiado… Esas son las personas correctas que hay que mantener en nuestras vidas.

Al contarle a mi psicóloga del viaje y de cómo me había sentido, me hizo reflexionar varias cosas, y es que por primera ves en mucho mucho tiempo, me estoy eligiendo a mí por encima de otras personas y otras cosas, y honestamente, se siente increíble; además, de que ahora estoy con alguien que me da muchísimas paz y apoyo y era algo que no sentía desde hace mucho. En otros tiempos, hubiera estado muy nerviosa y con miedo de que me fueran a reclamar o a enojarse conmigo por salir de viaje (¡al extranjero!) y más ¡con otro hombre! (sí, aunque fuese un amigo).

Con este viaje, de verdad reafirmo mi amor por viajar, conocer y reencontrarme con personas que amo. Me gusta mucho saber que tengo en mi vida personas tan increíbles, y la verdad, es que ahora valoro muchísimo más estas cositas. Me hubiera gustado muchísimo que Jay me acompañara, pero no pudo porque jefe godín gringo, lol, y que conociera a uno de mis mejores amigos en persona, aunque se hicieron compis de FaceTime, y hasta carnita asada en Cuernavaca ya organizaron para nuestros cumpleaños (Diego cumple años en septiembre como yo).

¡Ay! Me encanta que personas que amo se conozcan y se lleven increíblemente bien como este par.

3 comentarios en “Amistad es amigo”

    1. Hahaha! Antes no me sacó un policía del metro por borracha.
      Para la próxima, definitivamente te escribo a ver si coincidimos en Madrid y podemos conocernos ❤
      Te mando una abrazo grandísimo.

      Le gusta a 1 persona

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.