El último mes y medio fue horrible, estuve lidiando con Macaco y mis demás demonios internos, haciendo el famosísimo shadow work y tratando desesperadamente de no volver a hundirme en mi agujero negro depresivo. Intentando aislarme como suelo hacerlo para no sentir que molesto a los demás con «mis cosas» y lidiando con mi círculo de contención que intentaban estar ahí para mí aunque los alejaba.
Perdí a mi mejor amigo y les juro que el dolor que sentía dentro de mi me quemaba, mi único comparativo lo pude hacer con todo el dolor y todo eso que sentí cuando el ex me cortó… Me dio miedo, mucho miedo porque no quería volver a recaer en eso de donde tanto trabajo me costó salir. Los pensamientos suicidas regresaron, el dolor se sintió un poco distinto, pero con la misma intensidad que sí, de nuevo era un dolor insoportable que ya no quería sentir y además, me quería ir junto con mi mejor amigo porque lo extrañaba, y aún lo extraño, demasiado.
Ese horrible martes en el que pasó todo, me marcó Jay super enojado porque lo estuve ignorando todo el día. No me imagino lo mal que me veía, pero cuando me vio en FaceTime se asustó mucho, y es que él nunca me había visto en una crisis como en la que estaba; el jueves de esa semana, él ya estaba en México y se quedó todo ese fin conmigo. No supe cómo reaccionar a esto, honestamente no esperaba que viajara y pues, no sé, sentía increíble tenerlo a mi lado y una chispita bien padre que no había sentido antes con nadie, pero ese dolor era insoportablemente más fuerte que estar con Jay.
No se imaginan cuanto lloré todo ese fin, no me importaba tenerlo a él ahí conmigo, lo único en lo que pensaba era en cómo hacerle para irme con mi mejor amigo, pero sin que Jay o mi familia lo notaran (sí, en mi cabeza depresiva eso era posible). Dejé de comer de nuevo, comía una vez al día, lo único que hacía era llorar, dormir, «trabajar» y repetía las dos primeras. No quería hablar sobre los pensamientos suicidas con Jay porque pensé que lo iba a asustar y me iba a dejar por «loca».
Jay se portó increíble conmigo y en serio, siento increíble tener un ser así conmigo, la verdad me da mucha paz y mucha seguridad; aguantó el «drama» que otro me hubiera echado en cara, se quedó gente, ¡SE QUEDÓ! (lol, imagínense que tan dañada quedé por la otra relación para que eso me sorprendiera). Después me sentí super mal con él por como me porté, hablé con él y me disculpé, pero lo más cool del mundo, es que me dijo que ni siquiera debía disculparme nunca por cómo me sentía (Remi eyes) y que estaba aprendiendo sobre mi Trastorno (Remi eyes x 1 Billon).
Jay, obvio se tuvo que ir, pero mis papás me hicieron cita con mi psiquiatra y mi psicóloga, porque en serio, ni siquiera quería hablar con ellas que son las que sabían cómo ayudarme para sentirme «menos peor». Me obligaron a ir ambas consultas y pues mi psiquiatra me mandó una dosis más alta de antidepresivos y ansiolíticos por un tiempo y pues con Mary estuve yendo a 3 sesiones a la semana en ese mes. La verdad estaba muy asustada y tenía mucho miedo; me estaba cagando de miedo porque me quería morir, pero no quería hacer sentir mal a nadie por esa decisión, pero a la vez no sabía cómo hacer para que el dolor se fuera y no tener esos pensamientos… era un círculo vicioso y algo que no sé si estoy explicando bien con palabras, pero se siente horrible tener ese dolor.
En esa desesperación para no sentir dolor, y en lo que los medicamentos surtían efecto, hablé con Brenda y le conté todo lo que me pasó y yo literal le rogué porque me dijera cómo podía contactar a mi mejor amigo. Obvio me regañó porque me dijo que no estaba poniendo en práctica lo que me estaba enseñando, que no estaba haciendo ese shadow work y me dijo que siguiera trabajando con mi psicóloga para que entendiera esa perdida y pudiera soltar y fluir. Obvio como soy extremadamente necia y aferrada, no le hice caso y me puse a investigar formas para contactarme con él; de verdad estaba increíblemente desesperada porque necesitaba saber de él, quería sentir aunque sea su energía ya que nunca más lo iba a tocar de nuevo.
Obtuve la información que quería y la puse en práctica, todo salió mal. «Invité» a otras energías que tuve que ayudar, pero mi mejor amigo no apareció. Estaba increíblemente enojada, fui super grosera con uno de esos invitados a quien conocía y lo corrí (no diré quien es por respeto y porque stalkers), le conté a Brenda lo que hice y pues se enojó más porque no estaba siendo responsable y estaba actuando de forma egoísta. Estaba muy sacada de onda porque ese invitado me vio como unas 4 o 5 veces, y eso ya es mucho, y no sabía porque quería que yo le mandara un mensaje a su familia; luego Brenda, después de la regañiza que me dio, me dijo que me contactaba por la fuerte conexión que tuve (and unfortunately tengo y tendré) con un miembro de su familia. También me dijo cómo hablar con él y terminé haciendo un trato que en algún punto de la vida tendré que cumplir.
Regresé a mis 3 terapias semanales con Mary y sorprendentemente, descubrí que todo lo que hizo Jay por mi, me afectó más de lo que hubiera imaginado; me afectó no de una forma negativa, sino más como algo que no entendía, va a sonar bien sad, pero como nunca habían hecho eso por mi, me sorprendió y me shockeo porque además estaba en un momento muy vulnerable. Mary me dijo que me tomara todo con calma para no repetir errores pues tengo este tema de dependencia emocional, y no por mantener una relación estable, más bien para cuidarme a mi misma de lo que mi idealización provocó en una relación anterior, para que no me lastimara el cora yo misma, pues.
Estaba mal, muy mal. Era demasiada mi desesperación para ya no sentir dolor por mi mejor amigo. Aunque me di cuenta de varias cosas que trabajé con Mary en mis terapias, el tema central de mi dolor no desaparecía y era ¿cómo chingados dejo de extrañar? De verdad estaba desesperada porque sentía mucho miedo de mi misma y de mis pensamientos; no quería regresar a ese hoyo negro depresivo al que me estaba acercando cada día más, sentía que me jalaba toda esa oscuridad, es una sensación que en serio, no sé cómo explicar en palabras.
Como la magia no me funcionó y me salió mal, la psicología era muy lenta y los medicamentos tampoco hacían su efecto rápido, ahora recurrí a Steph, me iba a acercar a algún Dios, Diosa o ente superior para ver si me ayudaba más rápido. De verdad no miden la desesperación que sentía para que ese dolor desapareciera rápido.
Bueno, ese ente superior tampoco ayudó, pero pude sentir un poquito de paz. Se los quiero contar porque eso me ayudó a lidiar con mi perdida y tal vez pueda ayudar a algún ser que este leyendo.
Steph me contó un poco de su historia y cómo lidió con la muerte de su maestro Ram Dass. Obvio nos pusimos a llorar las dos porque me decía Steph que sabía perfecto lo que se sentía tener ese tipo de pérdida, pero que a la vez su maestro la entrenó bien para ese momento y que iba a hacer lo mismo conmigo. Steph me dijo que todos tenemos una misión en esta vida, especialmente mi mejor amigo, que su misión en mi vida ya se había cumplido y era momento de trascender para que su alma siguiera evolucionando.
Steph me dijo que tenía que recordar que somos energía y como la física lo dice: «la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma». En este caso, nuestra alma se va a transformar, pasa a otro plano para seguir evolucionando, transformándose. Ram Dass le decía Steph que su muerte iba a ser como si cambiara de coche. Ram Dass (él, su esencia, Ram Dass alma) iba a seguir ahí, iba a seguir siendo él, sólo que con otro coche porque el que tenía ya no funcionaba (su cuerpo es el coche, es un cuerpo que ya estaba muy enfermo); le preguntaba a Steph si ella iba a llorar por un coche, la respuesta de Steph obvio era negativa, porque era algo material y lo material va y viene, y pues que es lo mismo con un cuerpo, los cuerpos vienen y van, la esencia, el alma, es la que perdura.
Ram Dass le decía que un pedacito de esa energía se quedaba en las personas y que él iba a estar con ella, que así como Steph encontró la manera para contactar fisicamente con él, también tenía que encontrar esa manera de que sus almas conectaran y que a ella le iba a ser fácil porque pudo conocerlo y sabe cómo es esa esencia, cómo reconocer su alma. Le dijo que debía entrar en un estado de meditación para conectar con esa energía y así cada que lo extrañe, ella iba a poder sentirlo, que lo que iba a sentir por extrañar esa materia, ese cuerpo, era sólo apego, que la verdadera conexión era entre almas.
Wow! Mi mente explotó y no sé porqué, esa historia me llegó a lo más profundo de mi ser… Podía contactar con el alma y la energía de mi mejor amigo cuando yo quisiera…
Tal vez en ese momento de dolor fue lo que necesitaba, necesitaba aferrarme y creer en algo, creer en esa vida después de la muerte. Y con las cosas tan raras que me han sucedido desde que inicié en un camino mágico, místico, espiritual (lol), todo lo creo posible. A pesar, de que he visto y sentido de otros, esa vida después de la muerte, cuando sucede con alguien a quien amas demasiado como yo lo hacía con mi mejor amigo, de pronto todo eso ya no lo crees posible, porque somos muy egoístas y nos aferramos a que a los nuestros no les va a pasar nada nunca y cuando pasa, quieres hacer contacto tan rápido como haces contacto con desconocidos…
Definitivamente la perdida de mi mejor amigo me duele en lo más profundo de mi ser, es un dolor inmesurable y nada ni nadie podrá remplazar lo que uno siente por ese ser amado que ya no está, esté su cuerpo físico o no, una pérdida siempre me dolerá y debo aprender a lidiar con ese dolor. Como me lo dijo Mary, el miedo a recaer es normal y siempre lo voy a sentir, el miedo va a ser ese mecanismo que me va a hacer luchar para evitar caer en ese agujero negro depresivo al que tanto le temo…