Este primer mes del año, estuvo muy movido para mi, con muchos cambios, mucho trabajo, mucho drama, muchas clases, muchas visitas al dentista, mucha magia, mucha meditación, mucho todo…
Empezando porque, for reasons unknown, Paty dejó de ser mi terapeuta y mi maestra. Fue uno de los cambios más fuertes, significativos e importantes porque ella había sido un gran pilar para esta new me. Fue bastante raro todo el asunto, pero lo más importante es que no me afectó como pensé que me iba a afectar… creo que estoy aprendiendo a soltar… Bueno, lo que hay que destacar es que llegó a mi vida a enseñarme algo, y pues ni modo, se fue, ciao, good luck! Tal vez fue el momento de irse de mi vida porque hay que hacer espacio a nuevas personas y nuevas experiencias.
Y sí, ¡tengo una nueva maestra! Stef, su nombre espiritual (I really don’t know how to call it) Durga, he estado trabajando con ella y wow!, en un mes me ha enseñado muchas cosas que ahora me hacen más click en mi cabecita, lol. Justamente les quiero escribir sobre algo que me enseñó y fue muy fuerte y mind-blowing para mi:
¿Prefieres tener paz o tener la razón?
Todo esto salió porque le conté todo lo que estaba pasando con el ex y toda la situación alrededor de esto con los stalkers, y su venganza-ish contra mi… en realidad no sé lo que intente, but well! Todo este asunto de los ataques en en IG está muy cabrón, hay cuentas exclusivísimas dedicada a tirarme hate a mi y al ex… I mean, imagínense que tan mal tienen que estar para estar al pendiente día y noche de lo que uno está haciendo, en serio, I didn’t imagine how important I’m in their life, lol… Bueno, le contaba todo esto que ha pasado y el esfuerzo que ponen, y pone, en mi. A veces me da mucha risa que no tengan nada que hacer y deban estar al pendiente de la vida de otros para entretenerse; otras veces, me da una especie de lástima por todos ellos, en especial él, es como de ¡pobre güey! Real que tan vacío debes estar para llegar a ese punto…
Stef me decía que ahorita que estoy en ese punto donde ni me va ni me viene lo que digan de mi y que aparentemente «pierdo» frente a él, en realidad estoy ganando. La verdad no me hacía sentido nada de lo que me decía porque muchas muchas veces, en mi cabeza estaba la idea de defenderme y demostrar que todo lo que decía eran puras patrañas y que el que estaba mintiendo era él, ¿cómo? pues con todas las pruebas que tengo de todo lo que hizo, me dijo y se inventó para lastimar emocional y psicológicamente, no sólo a mi, si no a muchas personas más, con tantas mentiras, manipulaciones y demás mierda que se descubrió de él.
Stef me preguntaba qué era lo que yo quería, si en realidad quería tener paz o quería tener la razón y demostrar mi punto contra él. Obvio mi respuesta fue que quiero paz, Stef me hizo ir más allá y efectivamente, aunque yo dijese que quiero paz, la verdad es que quiero elegir tener la razón… porque, pues, necia y orgullosa.
Lo que Stef quería decirme, en pocas y resumidas palabras, es que debo renunciar al enojo que inconscientemente aún siento. Esa parte de nosotros que quiere tener la razón está conectada al enojo porque el enojo viene de todos esos hubieras y deberías que cruzan nuestra mente constantemente, como “esto no debió ser así”, “esto no debió de haber pasado”, “me debió de haber hablado”, “me debió de haber ayudado”, etc. La historia de los deberías nos lleva a querer tener la razón, pero siempre hay que considerar que el tener razón genera consecuencias, genera karma.
Cuando alguien se acerca a retarnos y nosotros nos empeñamos en tener la razón, se inicia una guerra. Nuestro primer impulso es el enojo y el buscar formas para defendernos, nunca nos detenemos a pensar cómo soltar, cómo puedo pedir una disculpa o perdonar para tener paz. Debemos aprender a elegir no defendernos cuando se viene el conflicto, pues como dice Byron Katie, la defensa es el primer acto de guerra.
Stef me decía que cuando esto pase y alguien venga y quiera entrar en conflicto, gritándome, insultándome, haciendo lo que el ex, o literal a ladrarme, me tengo que dar cuenta de 2 cosas, y recordarlas siempre:
- La persona esta sufriendo. Si la persona no estuviera sufriendo y confundida, no vendería a retarme y hacer todo eso que hace, esa no sería nuestra línea de comunicación.
- Va a pasar algo en automático: mi cerebro reptiliano y mi instinto de supervivencia, va hacer que luche, que entre en ese estado mental de «me van a atacar, me tengo que defender». Esto es algo automático y completamente inherente al ser humano.
Stef me decía que con todo el conocimiento y ese avance que ya llevo trabajando, debía recordar que estoy en ese punto donde la madurez y, sobre todo, esta perspectiva más abierta que ya tengo de la vida, debe de prevalecer, pues ya sé y entiendo que las cosas no son tan personales como nosotros creemos. Cuando hablamos de evolucionar, cuando hablamos de lo que realmente significa ser espiritual, ser yogui, zen, ser paz y amor o como queramos llamarlo, quiere decir que somos consientes y estamos cambiando, modificando o evolucionando esas partes primitivas que nos hacen entrar en una guerra.
Cuando alguien nos lastima, nuestro instinto nos va a decir que reaccionemos, normalmente esa reacción es regresando esa agresión que nos lastimó. Por eso, hay que observar 2 cosas importantes: 1. El ego siempre va a querer tener la razón, y 2. El alma siempre va a querer tener paz.
Para el alma, el juego no es querer ganar a como de lugar, la verdadera batalla es con ver que tanto aprendo de lo que está sucediendo, que tanto contengo mis emociones; que tanto puedo ser vulnerable, observar mis emociones; y darnos cuenta que esto es la verdadera fortaleza… cuánto puedo sentir sin reaccionar. Nuestra fortaleza, en este sentido, es lo que podemos sentir y contener al escuchar una crítica sin reaccionar.
Y es que la verdad en las historias que tenemos cada uno (poniendo de ejemplo la historia del ex y la mía), cada uno tiene la razón, en mayor o menor medida, pero siempre hay algo de razón en las historias de cada uno de nosotros. El punto es entender que esa realidad que contamos, no es LA realidad, es nuestra realidad; o sea, lo que selecciono del conjunto completo de LA realidad para comprobar mi historia.
Cuando Stef me dijo esto, ¡uy! casi le escupo en la cara y le aviento algo porque en mi cabeza no había posibilidad de que a un ser tan violento, mentiroso y manipulador como el ex se le pudiera creer; o sea, me parecía sumamente estúpido que si quiera me insinuara eso. Imaginen la cara que he de haber puesto, que para «calmarme» un poco, Stef me dijo que siempre recordara que todas sus acciones hablan más de él que de mí, que yo soy mucho mejor que eso como para engancharme con esa situación. Me hizo hacer ejercicios de respiración para calmar mi «furia» y ver la situación con empatía… Estúpida respiración, no me deja hacer drama a gusto…
Con Stef, conocí y empecé a trabajar en algo que se llama The Work, de Byron Katie; en otro momento les cuento bien de lo qué se trata, cómo se hace y cómo nos ayuda, porque tengo que reconocer que también me ha ayudado un montón aunque sí es un chingadazo para el ego. Bueno, Stef me recordaba que para poder ver todo esto que escribo, debo seguir haciendo el The Work, pues esto implica tomar puntos de la realidad que no estamos viendo, nos ponemos del otro lado y podemos decir, «¡ah! el otro tiene una historia tan real como la mía, pero desde su punto de vista».
Entonces, hay que analizar qué realmente vamos a ganar cuando entramos en un conflicto y si estamos dispuestos a pedir una disculpa, a escuchar, a sentir y ver cómo nos está vibrando esa situación dentro de nosotros (si siento dolor, tristeza o enojo) y verlo como un regalo para que yo siga trabajando en mi. Se trata de sentir todo esto para ser más asertiva y ver cómo puedo ayudar a que esa persona deje de tener tanto sufrimiento, que palabras le puedo decir en vez de defenderme… básicamente, y en palabras de Stef, entrar en un tono de comprensión y amor.
El ganar del ego no es realmente un ganar, es una guerra y en una guerra todos perdemos. Entonces hay que preguntarnos si preferimos plantar karma donde todos acabamos perdiendo, pero nosotros sentimos que ganamos en orgullo, o tenemos la capacidad, la fortaleza la sabiduría y la inteligencia de respirara, sentir, escuchar, y ver qué palabras pueden salir de mi boca para que el otro se calme en lugar de activar más su ego.
Habemos personas que nos conocemos tan bien, que sabemos lo que podemos decir o contestar para activar a esa otra persona y que reaccione, así el ego termina imponiéndose; pero desde el alma y la calma, también sé que puedo decirle, o simplemente no decir nada, para no caer en la trampa y que se tranquilice toda la situación. Esto no quiere decir que no pongo límites, quiere decir que desde otro punto de energía, otro punto de comunicación, vamos a encontrar una ganancia para todos, pero tiene que haber alguien que tenga esa fortaleza de “perder” ese primer impulso de orgullo: el que grita más, gana; el que ataca más, gana; el que hace sentir mal al otro, gana; y todo para demostrar fortaleza. No nos damos cuenta cuánto perdemos cuando esa parte del ego gana y las consecuencias negativas que se generan.
Nuestro ego siempre va a insistir para repetir el patrón una y otra vez. Stef me ponía de ejemplo las rupturas, en muy pocos casos hay paz porque nuestro ego siempre quiere tener la razón: a mí me hizo, a mí me debe, no debería, etc. Pero, nos hemos preguntado ¿qué ganamos cuando tenemos paz? Hay veces que esa ganancia no tiene precio, esa fortaleza y esa contención que me doy al recibir agresión sin reaccionar, es una lección de vida… es una situación bien elevada y vale la pena que lo pongamos en práctica.
Ojo, esto no quiere decir que por querer tener la razón, no somos «evolucionados»; más bien, la verdadera evolución es querer tener paz. Habrá veces que pasarán cosas que nos harán querer soltar el enojo y hay veces que no, pero siempre, hay que experimentar esa ganancia y empezar con cosas muy sencillas: Quiero soltar ese enojo, ese rencor porque hace que todo lo recuerde con dolor y me obsesione pensando como hacer para demostrar que yo tengo la razón y es desgastante mental y emocionalmente.
Recomendación de Stef para poder lograr esto: respirar. Inhalar profundo, veo que se está generando en mi cuerpo y donde lo siento; al exhalar, voy hacia esa parte del cuerpo, lo llevó a mi corazón y respiro (o trato de respirar) amor y compasión. Pido ayuda a mi gente, Dios, Sol, Luna, Universo, Guías espirituales, Maestros, etc.
Otra cosa que me decía Stef, es que debemos ser empáticos y ver cómo la gente vive sus realidades, y aprender que la vida no es tan personal como nos la tomamos muchas veces. Sí, puedo tener razones muy fuertes y válidas para estar enojada, pero siempre debo ver el otro lado de la moneda y observar que no es personal, que la gente tiene sus problemas, sus emociones, su confusión, sus miedos y yo tengo los míos. Elijo tener paz, elijo entrar en esa atmósfera de ver un poco más allá de ese impulso egoico de ver quién puede más o ver quién es más fuerte… Quiero no tener la razón para poder ganar paz…
Por supuesto que toda esta plática fue un chingadazo para mi, estaba en negación y obvio que me dije que no le iba a hacerle caso a Stef, pero la verdad es que me dijo algo que le llegó a mi corazoncito, y es que si ya estuve ignorando al ex mucho tiempo, ya había cambiado y re orientado mi vida y tenía estabilidad y paz en este momento (aunque honestamente, me muero del perro estrés que me cargo, lol), ¿por qué quería volver al mierdero de donde me costó tanto salir y me hizo tanto daño? que yo era muchísimo mejor que eso, y pues… ¡sicierto! Le conté también muchas ideas y pensamiento que me llegaban en esos momentos de enojo y de querer iniciar una guerra, incluso le decía que no veía la hora de que empezara esta “guerra legal” que ya me había armado en mi cabeza porque tenía gente (abogados y contactos de papá) “chingones” para desarmar todas sus mentiras y su jueguito; Stef simplemente me dijo que debía tener cuidado con todo esto, porque a veces el poder e influencia que podemos tener, nos hace aún más peligrosos y el karma que se iba a generar iba a ser grande… ¡y pues sí! otra vez punto para Stef…
Aunque me duela aceptarlo, Stef tiene razón, y como dice mamá «en alguien debe caber la prudencia», lo chistoso es que esta frase se la repetí al ex en momentos donde yo no respondía a sus reacciones violentas (y yo aquí queriendo hacer lo contrario, lol). Y pues sí, ¿qué gano con iniciar una guerra con alguien que claramente está mal, cuando yo tengo paz en todos los aspectos de mi vida en este momento? Duele, y duele mucho aceptarlo porque lastima mucho a mi eguito, debo aprender a vivir con el hecho de que el no tener la razón, no es algo que me va a herir de muerte o me va a matar, literal, es puro orgullo. Como me ha dicho Mary y Sharon en terapia también, el narcicista está buscando nuevamente la forma de recuperar su poder sobre mí, debo ser más inteligente, no caer en su jueguito y seguir con mi vida como lo he hecho hasta ahora.
«El más fuerte es quien pide perdón primero, el que se muestra vulnerable primero».