Nunca creí que «enloquecer por amor» era posible. Literalmente, eso fue lo que me pasó en la relación que tuve con Luis. Creo que cuando era pequeña ya tenía un tema con la depresión y ansiedad, me habían dado un par de ataques de pánico y la depresión creo que fue una constante durante mi niñez y adolescencia por muchas cosas que pasé; pero eso que llaman «locura» me llegó y lo experimenté en mi relación con Luis.
Por todo lo que he trabajado con mis psicólogas, especialmente con Paty, aceptó mi responsabilidad de todo lo que hice y le hice a Luis con tal de tener un poquito de su amor, de sentir que me amaba: exageraba algunas sentimientos, decía mentiras para tener su atención, actué demasiado infantil en muchas ocasiones, idealicé a un imbécil, lo hice el centro de mi universo y me olvidé de mi, le rogué y me humillé como nunca antes, y otras cosas que demostraban mi nulo amor propio. Sin embargo, estar con un imbécil narcisista mitómano tampoco ayudó a mi salud mental, estar con él empeoró todo hasta que oficialmente me diagnosticaron con Trastorno mixto ansioso depresivo, o en palabras de Luis, me volví una «loca psycho».
Y es que esa falta de amor propio, me orilló a convertirme y actuar como una loca psicópata perseguidora. Desde que descubrí que tenía una cuenta de Tinder y que hablaba con otras niñas, mis celos, mi desconfianza y mis inseguridades se apoderaron de mi y me hicieron stalkearlo, ver cada cosa que publicaba en sus redes sociales a ver si me estaba engañando con alguien. Y efectivamente, el imbécil coqueteaba con muchas niñas, pero como me juraba y me perjuraba que no tenía nada con nadie y que me «amaba» a mi, yo, por mi nulo amor propio, le creí y en vez de dejar la relación, seguí ahí y hasta le rogaba para que no terminara conmigo.
Mi sexto sentido me decía que algo no estaba bien, porque en esta etapa de locura donde stalkeaba y estaba al pendiente de todo lo que publicaba, ví que también seguía stalkeando y mandando indirectas a sus ex, lo cual me decía que aún no las había olvidado. En fin, ese sexto sentido me alertó muchas veces de lo imbécil que era, pero yo lo ignoré y enloquecí. Enloquecí porque no me sentía suficiente para él, porque quería ganarme su amor dándole cositas cursis que hacía, dándole cartas hechas a mano, comprándome ropa interior para él con la que no me sentía cómoda, comprándole regalos de superhéroes y caricaturas que él amaba, tratando de sorprenderlo con boletos de cine o teatro y cenas en días especiales… bueno, hice de todo para que me quisiera y se olvidara de la ex y dejara de coquetear con niñas en redes sociales.
Llegó un punto en el que creo que lo harté por ser tan empalagosa e insegura, porque siempre me la pasaba reclamando cosas que escribía o me decía. Pero la verdad, es que Luis es un imbécil, un cabrón, un mitómano y un infiel; yo estaba cegada por todo el amor que le tenía, no podía ver que me trataba mal y llegó un punto en el que normalicé toda esa violencia psicológica y verbal que vivía en esa relación… Tiempo después, me enteraría que los motivos de mis to sospechas e inseguridades (que eran básicamente que me estaba engañando con otras), eran verdad. Lo peor es que no sólo me engañó con una niña, tenía cuentas falsas donde no sé con cuantas hablaba y coqueteaba al mismo tiempo mientras «estaba en una relación conmigo».
Admito totalmente la responsabilidad por lo que yo hice, pero Luis, ese imbécil es un monstruo, es tipo con graves problemas que los proyectó en mí y me hizo enloquecer. En su jueguito de «mientras aquí tengo a la novia oficial que la traigo como pendeja, me voy a divertir con otras», yo me convertí en una niña con cero amor propio y cero autoestima que odiaba a otras niñas por hablarle a mi novio; era una niña que se victimizaba y perseguía a quien veía como una amenaza porque quería proteger a mi novio… Así enloquecí por amor…
La verdad es que me equivoqué como nunca antes porque amé y me entregué por completo a un imbécil que nunca lo apreció y que no valía la pena…
Así terminé decepcionada, no del amor, si no de los hombres que conocí. En mi cabeza y en mi corazón sigue viva la idea de que algún día tendré a mi lado a alguien con la verdadera intención de amar en serio, que ya haya dejado en el pasado a sus amores anteriores, que sea capaz de verme como soy, que me ame por lo que soy; no quiero que me acepte solamente, quiero que se enamore de mi locura y de mis malos ratos, porque yo pienso hacer lo mismo con él… Creo que esa es la única manera de amar para siempre, pues la piel en algún momento se arruga, el dinero se puede acabar, todo lo superficial puede terminar en al momento, y es en ese momento donde lo único que le dará soporte a nuestro amor, serán nuestras personalidades y nada más.
Sigo sin entender porque los hombre infieles y con nula lealtad, como Luis, se aferra a mentir, hay muchas mujeres que buscan lo mismo que ellos. ¿No sería más fácil que buscaran una mujer que, al igual que ellos, sólo quieran una aventura? De verdad me molesta que engañen a personas que quieren hacer las cosas bien sólo para salirse con la suya; también me molesta mucho cuando los escucho decir entre ellos “esta no me gusta para casarme, sólo es por el momento”, ¿qué se creen esta clase de idiotas? ¿cómo pueden ponerse a juzgar a aquellas mujeres que hacen lo mismo que ellos y decir que no son dignas para casarse? ¿qué clase de mentalidad tan absurda se debe tener para creer que lo que hacen están bien sólo si son hombres?
Me parece completamente contradictorio lo que imbéciles como Luis hacen, si tanto les gusta la fiesta, la libertad de amar a cualquiera, el sexo sin emociones ¿por qué entonces no se quedan con una mujer así toda la vida? ¿por qué para tener una relación estable buscan a alguien a quien después tacharan de aburrida, de santurrona, para terminar siendo infieles? Deberían de ser más honestos con ellos mismos y admitir que no tienen intenciones de involucrarse en realidad y vivir con aquellas mujeres que les acompañan en la fiesta, y quienes también son libres para irse con algún otro que este de fiesta.
Deberían dejar de pensar que deben ser unos imbéciles cuando son jóvenes y madurar después para tener una familia, porque hay algunos que nunca dejan de añorar sus días de libertad, de fiesta, de egoísmo, en donde sólo se preocupaban por satisfacerse a si mismos. Hay quienes se comprometen con una mujer y después se arrepienten porque se aburrieron de «la mujer en turno», la verdad no estoy de acuerdo con esa forma que tienen de funcionar, pero si han de tener que pasar a fuerza por una etapa de imbécil, de completa insensatez, de egoísmo, de no tomar a nadie en serio, entonces quiero encontrarme con alguien que ya haya dejado atrás su etapa de imbécil.
Enloquecí por un mitómano infiel… por alguien a quien amé como nunca antes, y que dudo volver a amar a alguien con tal intensidad porque estoy asustada, tengo mucho miedo de abrirme, de entregarme completamente a alguien de nuevo, de amar de nuevo como lo hice con Luis, para que vuelva a hacerme lo mismo que él me hizo… Me encantaría volverlo a ver a la cara y decirle lo que él un día me dijo: «yo no sé que te hicieron en el pasado, pero yo no tenía la culpa»… Y es que lo único que yo quería era amarlo y tener la mejor relación con mi primer novio…